He tenido el inmenso regalo de poder ver “La canción de mi padre”. Esta es una de esas películas que dejan huella y que pueden cambiarte la vida, sin que te lo esperes.  Podéis pensar que soy un poco exagerado…Tendréis que comprobarlo en el cine.

La película cuenta la historia real de Bart Millard, solista del grupo de música cristiana MercyME. La historia se centra en la composición de su canción más famosa con la que se dieron a conocer en todo el mundo: “I can only imagine” que da título a la película en inglés.

No os puedo contar mucho de la película, porque os haría spoiler. Cuenta la difícil relación entre el protagonista y su padre, que le inspirará para escribir la canción que da nombre a la película.

Os he dicho que es una película que deja huella y que puede ayudar a sanar muchas heridas. La película es un monumento al perdón. Un perdón que humanamente es imposible vivir, dar o recibir. Un perdón que es capaz de sanar el corazón más herido y rehacer las vidas que parecen imposibles de recomponer.

La película nos invita a entender que hasta el monstruo más horrible tiene sentimientos, y muchas veces actúa como actúa movido por sus heridas, por su propia historia, por su propio dolor.

El odio, el rencor, no llevan a ningún sitio, solo hacerte daño a ti mismo. El rencor es como una losa que llevamos en el corazón que nos impide amar, ser felices. Por eso para poder ser libres de verdad, necesitamos quitarnos esa losa. Para perdonar, el primer paso es querer perdonar. Todos los siguientes pasos son Gracia de Dios. Sólo El puede sanar y rehacer heridas que a veces parecen imposibles de restaurarse.

Y es posible. Es el mensaje precioso de la película. No solo es posible perdonar, sino comenzar de nuevo, una vida que ni tú mismo te podrías imaginar. Entonces entiendes que todo en tu vida ha tenido sentido, que todo cuadra perfectamente, que a Dios no se le escapa nada, y que tu vida es un puzzle precioso en el que todas las piezas encajan.

También tus heridas pueden ser preciosas y formar parte de tu vida. En Japón existe una técnica de reparación de objetos rotos llamada KINTSUGI. Esta técnica forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman para de la historia de un objeto, y que deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, haciendo estas reparaciones con resina mezclada con oro.

Como veis, una película perfecta para esta recta final de la Cuaresma, tiempo de Gracia, conversión y reconciliación con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos. En Madrid se estrenará el día 5 de abril y en Toledo la tendremos los días 7 y 14 de abril. Es Domingo por la tarde así que todo el mundo al cine a disfrutar de esta maravillosa película. No la recomiendo para niños que no se van a enterar de mucho, pero sí para adolescentes que comienzan a entender de qué va la vida. Especialmente recomendable para sanar relaciones “padre-hijo” un poco heridas. Padres, id con vuestros hijos a verla y luego sentaos tranquilamente a hablar, os hará mucho bien.

Joaquín Garrigós