Video Presentación
1ª Etapa
Testimonios
Desde el inicio de este proyecto hemos estado colaborando como representantes de la Vicaría de Toledo y como miembros del Movimiento Familiar Cristiano.
La idea de principio nos pareció extraordinaria “evangelizar a las familias desde la familia”, partiendo de una necesidad de tantos padres que se sienten angustiados y desesperanzados porque ven que la sociedad manipula e influye en sus hijos y no saben que hacer.
Nuestras escuelas de familias son un medio de formación pero también son luz y esperanza para aquellos padres que sienten que no lo están haciendo bien y que sus hijos comienzan a ir por caminos que nunca ellos hubieran querido. En cada sesión se propone un caso, con el que muchos padres se sienten identificados y, entre todos, se aportan sugerencias y se buscan soluciones para resolverlo. Han surgido algunos casos que se han tenido que derivar a los diferentes COF de la diócesis.
Cuando se puso en marcha todo el operativo fue ilusionante ver la buena disposición y la respuesta puntual de todos los que tenían que preparar las charlas, la aceptación de ideas por parte de unos y otros y la ayuda mutua de todos. Realmente se ha formado un equipo en el que la colaboración y el trabajo de comunión entre las diferentes sensibilidades eclesiales ha sido el mejor logro. Matrimonios que nunca habíamos trabajado juntos, ahora nos sentimos ilusionados trabajando en un mismo proyecto para mejorar a las familias de nuestro alrededor.
Más tarde, al ver la respuesta de los sacerdotes la acogida que dieron al proyecto, el interés desde los arciprestazgos y parroquias fue llenándonos de alegría pero también de dudas ¿si es mucha la demanda, podremos hacerla frente? Pero sin lugar a dudas el Señor bendecía nuestro proyecto y la disposición de todos los matrimonios ha sido enorme, no importa asociación ni movimiento al que pertenecen, todos trabajamos con un gran espíritu de comunión encaminados a un mismo fin.
Para nosotros es muy gratificante, nos exige a los dos juntos preparar unos temas, que nos enriquecen y fortalecen en el saber, también tomamos contacto con muchos matrimonios que hablan de sus inquietudes y preocupaciones, y nos hacen estar siempre actualizados, e incluso familiarmente somos ejemplo para nuestros hijos de disponibilidad y entrega, y terminamos con esta frase dicha por uno de nuestros hijos, ante la pregunta de una de nuestras nietas a su padre ¿Dónde van los abuelos con tantos viajes? Hija: van a evangelizar, a dar testimonio.
Que el Señor nos siga ayudando a cumplir esta misión.
Cuando se ha conocido en la propia vida la inmensidad del amor que Dios nos tiene a cada uno de forma personal y única, no podemos hacer otra cosa que entregar nuestra vida a Aquél que nos la ha dado primero. Para nosotros, matrimonio católico responsable de la coordinación del proyecto diocesano “escuelas de familias” de Toledo, la dedicación a esta tarea ha surgido desde esta respuesta de amor.
El pasado domingo, 3 de febrero, con ocasión del rezo del Ángelus, nuestro querido Benedicto XVI, tan sólo una semana antes de su renuncia al pontificado, nos exhortaba a todos a “invertir en la vida y la familia como respuesta eficaz a la crisis actual”.
A nuestro alrededor observamos que las familias van desterrando a Dios de sus hogares, los matrimonios se separan, se claudica en la educación de los hijos; cada vez se elude con más frecuencia el compromiso de un amor duradero.
La situación apremia, el llamamiento es claro. Desde que se iniciaron estas escuelas el pasado mes de octubre de 2012 hay familias que se están acercando a la fuente del Amor Verdadero. Además, el proyecto “escuelas de familias” está revitalizando la pastoral familiar en tantas y tantas parroquias. Surgen matrimonios que se lanzan a evangelizar a otros matrimonios y se está estrechando la colaboración entre los párrocos y las familias en torno a la organización y celebración de las ponencias. El equipo de matrimonios dispuestos a evangelizar a través de esta realidad va creciendo con el paso de los meses y la unidad creada, siempre cimentada en el seguimiento fiel de las directrices pastorales de nuestro obispo, D. Braulio Rodríguez Plaza, es signo de la bendición del Espíritu Santo.
Nosotros contemplamos como una excelente inversión la cantidad de horas ante el ordenador, las innumerables llamadas telefónicas, las ponencias, las reuniones de coordinación en distintos lugares de la diócesis… Damos gracias a Dios por los frutos que ya se están recogiendo y a la vez le pedimos que nos haga a todos los matrimonios exclamar con S. Pablo: “Ay de mí si no evangelizara”. Animamos a todos los matrimonios católicos a que se involucren en proyectos similares a éste y que vivan y compartan juntos los trabajos de la evangelización. Nada une tanto a un matrimonio como la propagación del amor recibido. Unidos en este trabajo, notamos cómo la fuente del amor primero nunca se seca; el diálogo conyugal se enriquece y se profundiza, y los roces se suavizan porque hay una meta común ilusionante que implica un esfuerzo compartido. Además, nuestros hijos viven la experiencia de unos padres dispuestos a entregar su vida a la Iglesia que les dio la fe. De este modo, esta experiencia nos brinda la posibilidad de ofrecerles una catequesis doméstica, pues en el hogar se respira un ambiente de apostolado constante.
Que Dios siga bendiciendo a todas las personas que, de un modo u otro, estáis embarcadas en este proyecto, y que la gran unión que experimentamos juntos, reflejo de la plegaria de Cristo “que todos sean uno”, sea la garantía de vuestra solidez familiar.
La parroquia de San Juan de la Cruz de Toledo está formada fundamentalmente por familias jóvenes. El proyecto de la Escuela de familias que iniciamos el pasado mes de noviembre está suponiendo para nosotros el descubrimiento de un nuevo medio para llevar el Evangelio al prójimo.
La Escuela, bastante numerosa y abierta a toda clase de personas, manifiesta a los que asisten a ella, que es la Iglesia quien les está ayudando en la educación de sus hijos a través de orientaciones prácticas e iluminadoras de los desafíos educativos actuales. La misma dinámica de los temas, impartidos por matrimonios, favorece que los asistentes pongan toda su atención en quienes les están hablando; al mismo tiempo, el servicio de guardería permite acercar a Jesucristo a los niños por medio de breves y atractivas catequesis.
Algo muy positivo en la Escuela consiste en las relaciones interpersonales que se establecen entre las familias que se dan cita en la Parroquia una vez al mes. Al ser una Parroquia nueva y de ciudad, la Escuela está favoreciendo que los fieles se conozcan mejor y se establezcan lazos de amistad entre ellos.
Los destinatarios de la Escuela no son únicamente los que ya participan de la vida eclesial sino también los alejados. Hemos notado, con gran alegría, como hay familias que manteniéndose al margen de la Iglesia, valoran lo que ésta hace por ellas acercándose a la Escuela con mucho interés. Sin duda, estas familias son una oportunidad providencial para proponerles la vida cristiana sobre todo a través del testimonio.
La iniciativa diocesana que hemos acogido en la Parroquia está suponiendo un fogonazo de aire fresco tanto para los agentes más inmediatos de la evangelización como para todos los que forman esta gran familia que camina bajo la intercesión del santo y místico Juan de la Cruz.
En un año en el que la Iglesia nos invita muy especialmente a poner la mirada en Jesucristo, y anunciarlo a toda la sociedad, en un año en el que el Santo Padre Benedicto XVI nos invita a a fortalecer nuestra fe dándola a los demás, con un nuevo vigor y unas fuerzas renovadas, secundando su llamada a una nueva evangelización, la diócesis de Toledo, dentro de su plan pastoral , en la delegación de familia y vida, ha puesto en marcha la iniciativa de escuelas de familias.
Más de setenta parroquias, colegios y movimientos han aceptado esta oferta, que consiste en acercar a los padres alejados de nuestra diócesis a la Iglesia, a la parroquia, que es lugar del encuentro con Cristo.
Después de varios meses podemos decir que es un gran regalo de Dios a nuestra diócesis esta iniciativa. Primero por la gran cantidad de padres y madres que se han acercado a la Iglesia y que la sienten como madre y maestra, una Iglesia que acompaña a las familias y muy especialmente a los padres en la tarea educacional de sus hijos. Padres que nos dan las gracias por fijar puntos claros en el trato con sus hijos y así ayudarles a formar familias basadas en el amor y que sean cauces de lograr una sociedad mejor. Segundo por la generosidad de tantos matrimonios cristianos, formados en nuestra diócesis, que nos sorprenden mes a mes con su generosidad de tiempo y de esfuerzo y por su gran amor a Dios, a la Iglesia y a la familia. Son estas familias las encargadas de dar los temas en todos los puntos de nuestra diócesis y de mostrar que el mejor camino para que la familia funcione es estar cerca de Jesucristo.
Demos por lo tanto gracias a Dios por este regalo tan grande para nuestra diócesis, a San José esposo de la Virgen María, a cuyo patrocinio hemos encomendado las escuelas, y a la Iglesia que acoge y acompaña a todo hombre es la búsqueda del verdadero camino. Que esta iniciativa nos haga caer en la cuenta que sin familia no hay Iglesia , ya que esta es la gran familia de los amados de Dios.