LA SIRVIENTA
Me ha gustado. ME HA GUSTADO MUCHO. Me atrevería a decir que de las películas de Pablo Moreno, es la que más me ha gustado.
“La sirvienta” cuenta DOS HISTORIAS paralelas, conectadas por Santa Vicenta María Vicuña, religiosa española del siglo XIX. Por un lado, una historia actual, ambientada en el momento presente, en el que tres mujeres se ven unidas por esta gran santa, en medio de una situación extrema: las tres han sido metidas en un calabozo. Dos de ellas son prostitutas y la otra, una sirvienta extranjera. Esta última les cuenta a sus compañeras la vida de Santa Vicenta María.
Vicenta María, como todas las santas, es una MUJER ADELANTADA a su tiempo. Valiente y libre. Le toca vivir en una España que atraviesa un momento delicado. Primeramente, la revolución industrial que hizo que muchas jóvenes dejaran los pueblos para buscar ganarse la vida en las ciudades. Por otro lado, una España dividida, camino de la modernidad, pero todavía anclada en ideas y formas del pasado.
Ante todas estas injusticias y tantos abusos, el sufrimiento de los más débiles era el “pan de cada día”. Muchos fueron los hombres y mujeres que, desde la Iglesia, escuchando la voz del Espíritu Santo, dieron una RESPUESTA a este clamor de los más pobres. El siglo XIX fue un tiempo de florecimiento de la santidad. Frente al auge de las ideologías que derivarán en las grandes guerras del S.XX, la Iglesia supo escuchar la voz de los pobres y ponerse a su servicio, dando soluciones concretas, no palabras vacías.
Porque nuestro Dios es el Dios de lo CONCRETO, del momento presente. Por la Encarnación, Dios quiso asumir el “hoy” y el “aquí”. Y una de esas respuestas concretas fue la vida de Vicenta María.
De familia acomodada, fue enviada por sus padres a Madrid para completar su formación en casa de sus tíos. Unos tíos que como diría Santa Teresita de sus padres, “eran más de cielo que de la tierra”. Con ellos, Vicenta María aprende lo que es la CARIDAD VIVIDA. Con ellos experimenta el drama de tantas mujeres, buenas mujeres, que se ven obligadas, en el mejor de los casos, a mendigar para poder vivir. Vicenta María inspirada por el testimonio de sus tíos y movida por el amor al Corazón de Jesús, va a dar una salida al clamor de tantas mujeres.
Como he dicho al principio, para mi gusto es LA MEJOR PELÍCULA de Pablo Moreno, tanto a nivel técnico, como por el guion y la dirección de actores. Esta película nos muestra a un director cada vez más maduro, más seguro de sí mismo, y que cada vez controla mejor el lenguaje cinematográfico para comunicarnos un potente mensaje. Muy buena también la dirección de arte que te ayuda a centrarte en el momento histórico y a entender bien lo que realmente sucedió. Me ha gustado también mucho la fotografía, la iluminación, algunos planos muy buenos. Bien, bien.
Y sobre la historia decir, que está MUY BIEN CONTADA. Es cierto que el recurso de ir contando la vida de la santa con una historia del presente está ya visto, no es muy original. Pero la vida de la Santa queda clara, sus motivaciones sobrenaturales, los obstáculos que encontró para su obra y el triunfo final del Señor, que es quien se merece la Gloria.
Por el contenido del apostolado de Vicenta María era fácil caer en lo tosco, en lo chabacano: las mujeres desfavorecidas, las prostitutas… Pero el director trata el tema con delicadeza y elegancia, sin caer en tópicos, haciéndonos entender todo sin mostrar nada “subido de tono”.
También era fácil y supongo que muy tentador, el querer hacer una lectura de la vida de la santa desde nuestra MENTALIDAD DE HOY: la causa del feminismo, la opresión de la mujer por parte del hombre, el hetero-patriarcado… Pero no. Creo que es fiel al contexto histórico y, como he dicho antes, quedan claras las motivaciones sobrenaturales para comenzar y entregar la vida en aquella empresa.
Por todo ello, RECOMIENDO vivamente ir al cine a disfrutar de esta maravillosa película. Creo que además, se estrena en un momento muy adecuado, en la recta final de la Cuaresma. Como tantas veces nos dice el Papa Francisco, la caridad no es algo etéreo, sino algo muy concreto, y ya no hay que viajar a Calcuta para encontrarte con la injusticia, lo tienes en la puerta de tu casa. Necesitamos testimonios, como la vida de Vicenta María, que nos ayuden a no lamentarnos ante las injusticias, a no cruzarnos de brazos ante el dolor de la humanidad, sino arremangarnos y ponernos en camino.
Santa Vicenta María Vicuña, ruega por nosotros.