LIBRES

MARAVILLOSA, PRECIOSÍSIMA, IMPRESCINDIBLE. Así empiezo, recogiendo los primeros sentimientos que ha provocado en mi este extraordinario documental.

Comienzo con el TÍTULO elegido, porque me parece que es ya una declaración de intenciones. “Libres” nos introduce en las vidas de un grupo de hombres y mujeres que lo han dejado todo, absolutamente todo, para encerrarse entre cuatro paredes de por vida y, misteriosamente y al contrario de lo que pudiera pensar el mundo, son infinitamente libres, mucho más que tú y que yo, que creemos tenerlo todo, que podemos elegir dónde ir o qué hacer sin tener que consultar a nadie.

El PRÓLOGO de la película es un aperitivo de lo que vamos a poder saborear a lo largo de los siguientes 110 minutos. Nos sitúa a un monje paseando por la playa, en una escena de una increíble belleza tanto por la fotografía como por la música. Y eso es lo que vas a poder disfrutar con “Libres”: belleza, poesía, luz, armonía, paz… Tantas cosas de las que no sólo el cine actual está carente, sino muchas veces nuestra propia vida.

El documental se divide en TRES PARTES perfectamente ordenadas: CAMINO, VERDAD Y VIDA. Solo con esta estructura está centrando la historia en el que es el sentido de todo lo que vamos a contemplar: JESUCRISTO.

CAMINO nos ubica en las vidas de estos hombres y mujeres antes de llegar al monasterio. Gente normal, con sus carreras, vidas, diversiones, apasionados por el deporte… Algunos casados y con hijos. Personas totalmente equilibradas que en un momento de su vida se encontraron con Jesucristo y decidieron dejarlo todo por el ABSOLUTO. Me parece fascinante cómo trata el tema de la vocación monacal. No son “súper héroes”, si no enamorados de Jesucristo que han entendido que ya nada puede llenar su corazón sino EL. Me ha conmovido ver cómo a alguno llega a llorar de la emoción al hablar de su encuentro con Jesús vivo.

VERDAD nos habla de su vida, de su día a día. Una vida sencilla, de Nazaret, pero llena de sentido. Una vida llena de vida. Por algunos momentos me sentía como si pudiera estar espiándoles por una mirilla, como si no hubiera espectadores, tan naturales, tan alegres. Aquí no hay ficción, posados. Todo es muy verdadero. Son auténticos. Me parece precioso que no se haya querido ocultar sus miedos, sus debilidades, las dificultades de la vida comunitaria…. Todo esto hace más cercanas sus vidas a las nuestras. Son gente de carne y hueso, como tu y como yo. Muchos podrían imaginar que son gente amargada y triste por estar encerrados, por no tener “libertad”, televisión, vivir bajo obediencia… pero nada más lejos de la realidad. Os confieso que por momentos he sentido una sana envidia al verles tan felices, necesitando tan poco, y en el fondo teniéndolo todo. Uno de los monjes llega a decir que, teniendo a Jesús en el Sagrario de su celda, ¿qué más necesita para vivir? Es verdad, absolutamente cierto.

VIDA. Su vida es Dios. Son vidas llenas de Dios. Un Dios vivo que no es una idea abstracta o lejana, sino un Dios que es persona, en concreto 3. Un Dios que tiene Corazón. Los monjes no “sirven” para nada a los ojos del mundo. Sirven A Dios. Ese el sentido de su vida. Y este debería ser también el sentido de la nuestra. Por eso, “Libres” viene a recordarnos que “solo hay una cosa importante” y que ellos, “han elegido la mejor parte”. Y al hablarnos de la vida nos habla también de la MUERTE. Solo teniendo claro el final del camino podremos encontrar la verdadera manera de recorrerlo. Y ellos viven allí felices, anticipándose a lo que será la vida del Cielo. Nosotros aquí sufrimos y perdemos el tiempo en tantas cosas que no merecen la pena, tantas cosas caducas… Ellos ya viven el Cielo en la tierra y sus vidas son una llamada de atención a todos nosotros que ponemos tantas veces el corazón en cosas que tarde o temprano se acabarán.

Y todo esto está MARAVILLOSAMENTE NARRADO, con una perfilada delicadeza. La fotografía y la música son el vehículo que nos introduce en el corazón de estos monasterios, que es el alma de sus protagonistas. Me atrevo a decir que está cuidado cada fotograma. Es de una belleza sublime. Es ese tipo de belleza que toca tu corazón y te llena de paz y alegría.

¿Y qué decir de esas MIRADAS? Los primeros planos en los testimonios consiguen que no puedas dejar de mirarles a los ojos y sentirte como hipnotizado. Son miradas limpias que nos enseñan un poco de la profundidad de esas almas enamoradas. Hay tanta pureza, tanta verdad…

Por todo ello, “Libres” es un REGALO para el alma. Así que, si quieres darte este regalo, ve al cine. No esperes a verla en la televisión, por que está hecha para verla en la gran pantalla. Saldrás feliz, con paz, y con un deseo muy grande de amar más a Dios. Y posiblemente te pase un poco como a mi, y termines la película con un poquito de envidia. Pero no te preocupes, de esta envidia no te tienes que confesar.

JOAQUÍN GARRIGÓS, sacerdote

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