VENCER O MORIR
Por fin se estrena en España la muy anhelada película de Puy du Fou films. Muchos llevábamos mucho tiempo esperándola, y NO NOS HA DEFRAUDADO.
Vencer o morir narra la historia real de François Athanase Charrette de la Contrie, (a partir de ahora CHARETTE), uno de los héroes de la guerra de la Vandeé.
Comencemos por la HISTORIA y sigamos por la película.
Nos situamos en la REVOLUCIÓN FRANCESA, 1789. Durante muchos años se nos ha vendido el concepto de la revolución como el fin de un régimen tiránico, el antiguo régimen, en el que una pequeña clase social oprimía a la gran mayoría del pueblo inculto que viva en la más absoluta miseria. Evidentemente, dentro de esa clase opresora se encontraba la Iglesia que luchaba por mantener vivo el espíritu de la oscura Edad Media. Pero llegaron los “ilustrados”, una especie de salvadores de la humanidad que, con la razón en la mano, liberaron al pueblo de la opresión en un proceso revolucionario en el que, muy a su pesar, tuvieron que caer algunas cabezas (nunca mejor dicho) para instaurar el nuevo régimen de la libertad, igualdad y fraternidad. El resultado fue un proceso “modélico”, hasta el punto que se vieron en la necesidad de extrapolarlo a todos los países de Europa y después, a América y al mundo entero. Esa fue, en gran parte, la misión “mesiánica” de Napoleón, entre otros.
Hasta aquí lo que hemos aprendido en el colegio, en las películas y en todas partes. Digamos, la línea oficial, lo que nos han vendido. Pero he aquí que, hace casi ya 50 años, un joven llamado Philippe, natural de La Vendeé, región al oeste de Francia, decidió contar al mundo lo que VERDAERAMENTE SUCEDIÓ en la Revolución, y de un modo especial en su región.
Y lo que ocurrió fue el PRIMER GENOCIDIO de la historia moderna en el corazón de Europa. Un genocidio que llevó a la muerte a más de 200.000 personas, de la manera más brutal y atroz que uno se pueda imaginar, sencillamente por oponerse a una ideología, por pensar distinto, por intentar ser libres. Aquellos campesinos solo querían vivir su fe en libertad, y entendieron desde el primer momento que la supuesta Revolución que les iba a liberar, era algo más que un proceso político. La revolución venía a arrancar su propia esencia. “DIOS Y EL REY” era su lema, pero por encima, DIOS.
He aquí que lo que sucedió en La Vendeé fue tan terrible y vergonzoso que durante más de dos siglos Francia decidió OCULTARLO, pasar página, como si nada hubiera sucedido (algo así como lo que pretenden hacer en España con nuestra historia reciente). Pero la sangre de los mártires clama, grita y Philippe sintió la necesidad de contarlo a todo el mundo. Y así nació el Parque Puy du Fou.
Hasta aquí la historia, vayamos con la película.
Aquellos campesinos que querían luchar por su libertad, necesitaban generales, hombres conocedores de las técnicas de guerra, para que les ayudasen en su lucha. Uno de aquellos generales fue Charette. Humanamente sabían que aquello era casi utópico… pero, ¿acaso podían cruzarse de brazos? Charette, decidió jugarse la vida y ponerse al frente de aquel ejército de valientes que tenían poco más que su honor y su fe, y un Corazón de Jesús bordado en su pecho. Una guerra justa por la que merecía la pena entregarlo todo.
La película es MARAVILLOSA en todos los sentidos. Una gran historia muy bien contada técnicamente. El guion, la fotografía, las interpretaciones, la dirección de arte… Todo nos conduce y nos interna en la esencia de lo que allí aconteció.
Por poner un “PERO” a la película: para los que nos hemos interesado un poco en la historia de La Vendeé, hemos echado de menos un poco más de FE. Aparece, sí, pero poco. Los vandeanos lucharon por su honor, por el Rey… pero sobre todo por Dios y por la religión que vieron pisoteada en un intento de arrancarla de sus corazones. De hecho, el motivo que provocó el alzamiento de los vandeanos fue el intento de hacer jurar la constitución a sus “buenos curas”. Sí, en la película nos faltan mártires.
Para muchos en España será la primera vez que escuchan hablar de La Vendeé. Muchos pensaran que es un capítulo aislado de la historia de Francia, que puede resultar más o menos interesante. Pero no, porque lo que sucedió en la Revolución francesa NOS AFECTÓ A TODOS…¡vaya si nos afectó! En Europa será el germen de lo que después se cristalizó en la revolución comunista, y en España fue el origen de la división del país que desembocará en nuestra triste guerra civil. Por lo tanto, para poder comprender mucho de lo que sucedió en el siglo XX y me atrevo a decir, en el presente, hay que conocer lo que acaeció en La Vendeé. Por eso, eso, hay que ver Vencer o morir.
Algunos pensaran que para qué ver una película que ya sabemos el final, y que encima ACABA MAL… ¿Seguro? Muchos jóvenes no entenderán nada, porque la gente ahora no entiende que se pueda luchar y morir por un ideal, por honor, por la bandera, por la patria… y por supuesto, por Dios. Los vandeanos sabían que la guerra acabaría, y que ellos iban a perderla, pero estaban seguros que solo era cuestión de tiempo… Hoy ha surgido una nueva generación de vendeanos dispuestos a volver a enarbolar la bandera de la tradición y la libertad en la sociedad de la post-verdad y el absoluto nihilismo.
Por todo lo dicho, creo que es necesario ver Vencer y morir. LO NECESITAMOS. Nuestros jóvenes necesitan conocer la historia, nuestra historia. Es necesario volver a hablar de ideales, de honor, de patria, de cultura, de la fe… Porque si nos arrancan todo eso, habrán vencido totalmente los enemigos de todo lo que nosotros vivimos o intentamos vivir, habrá muerto lo poco que queda de la cristiandad.
JOAQUÍN GARRIGÓS, sacerdote