ADOLESCENCIA
La serie de Netflix de la que todo el mundo habla, especialmente aquellos que viven la realidad de la adolescencia desde cerca: lo padres y los educadores.
Con solo 4 capítulos de 1 hora de duración cada uno, ha conseguido un gran éxito a nivel mundial, gracias a un guion sublime, la utilización de un recurso llamado plano secuencia, y unas magníficas interpretaciones por parte de los actores.
La premisa es ya de por sí impactante: la vida de la familia Miller cambia radicalmente la mañana en la que su hijo Jaimie, adolescente de 13 años, es llevado a la comisaría acusado de asesinar brutalmente a una compañera del colegio. El desarrollo de la historia no pretende ser una investigación sobre la verdad de lo sucedido, que se resuelve en el primer capítulo, sino más bien intentar entrar en la mente del adolescente para comprender los motivos que le han podido llevar a hacer lo que ha hecho.
Técnicamente es extraordinaria. Se sirve de un solo plano, llamado plano secuencia, en el que no hay cortes. Es absolutamente inmersivo, teniendo la sensación de ir acompañando a los personajes. En algunos momentos este recurso es un poco agobiante, sin embargo, está muy bien utilizado para meterte de lleno en la historia.
En cuanto al guion, personalmente creo que le sobran unas cuántas páginas, y en menos se podría haber contado lo mismo. Con todo, es brillante, especialmente el aclamado tercer capítulo.
Sobre las interpretaciones nada que objetar. Son personajes cercanos y creíbles. Una familia normal, como podría ser cualquiera de las nuestras. Esto logra que cualquier familia pueda verse reflejada, lo que produce que el thriller sea aún más agobiante. ¿Realmente conocemos a nuestros adolescentes?
La serie pretende ser un estudio psicológico sobre la manipulación y el entorno que moldea el corazón de nuestros adolescentes. En enfoque me parece realmente interesante. Cuántos padres y profesores tienen cada vez más la sensación de ser solamente un pequeño porcentaje de influencia en la educación de los chicos. Tristemente es así.
El último capítulo habla sobre la culpa y es abrumador. Los padres de Jaimie son buenos, han hecho todo lo que han podido, pero no han llegado o no han sabido llegar. Como tantos otros, se dan cuenta demasiado tarde de lo que ha sucedido. ¿La tragedia se podría haber evitado?
La crudeza con la que retrata la realidad en la que viven los menores en sus colegios o institutos, la presión a la que muchas veces se ven sometidos, el mundo de las redes sociales con sus propios códigos, el bullying… es un reflejo perturbador de la vida de nuestros adolescentes, muchas veces inmersos en un mundo para el que no se encuentran preparados.
Muchos padres me habéis preguntado si es bueno verla. Yo creo que sí. No creo que os descubra nada nuevo que no sepáis, pero sí al menos os hará volver a caer en la cuenta de lo fundamental que es el diálogo y la confianza con vuestros hijos. Que estén metidos en su cuarto, no significa que estén seguros. ¡Al contrario! No nos podemos imaginar lo peligroso que puede llegar a ser el mundo de las redes sociales.
Esta serie golpea muy fuerte. Indudablemente en muchos padres puede producir inquietud y agobio. ¡Ojalá y esa inquietud provocara una mayor implicación en la educación de los hijos! A los niños hay que dedicarles tiempo, y tiempo de calidad. No puedes pretender que tu hijo adolescente te cuente las cosas que hace, si de niño no has dedicado tiempo a escucharle.
¿Verla con los hijos? Yo creo que mejor no. Lo primero porque se van a aburrir. El capítulo 3 es una hora de diálogo entre el chico y la psicóloga en el que no sucede nada más. No es fácil de ver para ellos. Pero sí lo hablaría con ellos, con toda confianza. Una confianza que se tiene que ganar, no por ser su padre ya la tienes.
Joaquín Garrigós
