WICKED

WICKED es WOKE. Y ya, si quieres, no sigas leyendo porque con esta frase te lo resumo todo.

Si después de terminar de leer esta crítica todavía te animas a ir al cine, tienes que saber TRES PREMISAS:

– Es muuuuy larga. Casi 2,45h de película, Y se hace larga.

– Es musical, muy musical.

– Tiene dos partes.

Wicked es la PRECUELA del “El mago de Oz”. Todos conocemos las aventuras de Dorothy en Oz y como, para volver a su casa, debe vencer a la buja del Oeste. Este es el comienzo de Wicked, el momento en el que la bruja es vencida y la buena Hada del norte nos comparte sus recuerdos sobre la malvada bruja y cómo antes de ser enemigas, fueron amigas.

VISUALMENTE es preciosa, la dirección de arte se merece un Oscar. Técnicamente es impecable. Las interpretaciones muy buenas, si bien un poco exageradas. He echado de manos escuchar a los actores cantar en su propia lengua, sin embargo, se agradece que nos lo hayan traducido para que podamos seguir mejor la historia.

Dicho esto, vayamos al fondo, que es lo que nos interesa.

Creo que con Wicked, el CINE REVISIONISTA woke ha dado un nuevo paso, cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo. Durante siglos, los cuentos han enseñado a los niños que es el bien y el mal a través de enseñanzas morales en la vida y para la vida: tienes libertad para escoger el mal, pero si lo haces eso tiene consecuencias desastrosas para tu vida. Merece la pena ser bueno, obedecer, hacer lo recto…

Ahora ya no. De un tiempo hasta esta parte, numerosas películas han tratado “REDIMIR” a los villanos de siempre, haciéndonos ver que si son malos es porque el mundo “les ha hecho así” pero que en su origen no eran así. Dígase, Maléfica, Cruella o Joker. Este tipo de historias solo buscan hacernos empatizar con los “malos” haciéndonos atrayente no solo sus personas, sino sus acciones. De niños, los malos nos daban miedo, ahora son “los guays”.

En Wicked, el revisionismo woke da un nuevo giro, DILUYENDO el bien y el mal, confundiéndolos y mostrándonos que la auténtica protagonista, que es “la mala”, en el fondo es “la buena”, y es ella la que tiene la misión salvar al mundo de Oz que vive engañado por un mago fraudulento y perverso que quiera acabar con los animales parlantes para perpetuarse en el poder.

¿Quién es ELPHABA, la bruja del Oeste? Es el fruto de la infidelidad de su madre, lo cual es justificado en la película, y su padre la odia desde que nació por ser de color verde. Su infancia crece entre el bullying y el sentimiento de culpa por la enfermedad de su hermana y la muerte de su madre. Todo esto la convierte en una mujer fuerte y segura. Defensora de causas injustas. Tiene un corazón sensible hacia los más débiles. Sostiene que ser diferente no es malo, al contrario, vivir con otras capacidades te hace ser único. Ella descubre que todo en Oz es un engaño del Mago, y su lucha será por defender la verdad y todos los valores que ella representa…. Hasta aquí sería la protagonista perfecta, si no fuera porque ES LA VILLANA del cuento. Ella no quiere ser así pero todos la convierten en mala, porque “la mejor forma de unir a la gente es darles un enemigo en común”.

El “BIEN”, en cambio, está representado por tres personajes:

– Glinda, que es tonta, creída y superficial. Abandona a su amiga por posicionarse con el poder.

– El mago de Oz es un mentiroso que tiene engañado al pueblo con sus trucos, mientras intenta acabar con los animales parlantes, auténticos portadores de la sabiduría y la verdad.

– Madame Morrible, mentora y modelo de Glinda, conoce el fraude del Mago y lo apoya desde su puesto en la Universidad.

Es la absoluta CONFUSIÓN entre el bien y el mal. Con semejante plantel de “buenos” no te queda otra que identificarte con la “pobre bruja malvada” y con su misión.

Y, por si fuera poco, toda la historia está salpicada con guiños lgtbi, personificación de los animales frente a los malvados humanos… Vamos, que no le falta de nada.

Por todo esto, no me parece EN ABSOLUTO una película para niños, además creo que se van a aburrir mucho. En general me parece larga y empalagosa, con canciones que no te llegan al corazón. Al final son casi tres horas de ideología woke. Cuando termina la película piensas: “por fin…”. Ahórratelo.

Trailer