Comentario

ABUELOS

Sentía enorme curiosidad por esta película. Es el primer largometraje de un joven director que ha conseguido millones de visualizaciones con sus videos en las redes sociales. No conozco personalmente a Santiago Requejo, pero me parece que es un tío valiente y si alguna vez nos conocemos le daré la enhorabuena por todo lo que voy a decir a continuación.

Mis primeras sensaciones al salir del cine: “Abuelos”  es una bocanada de aire fresco en el cine actual español. Sales del cine contento, lleno de esperanza, con ganas de reconciliarte con la sociedad actual en la que, por ejemplo, se está debatiendo la eutanasia. En segundo lugar, diría que es un canto a la vida, tan oportuno y necesario en el momento presente en el que, como decía antes, estamos debatiendo sobre el sentido y el valor de la vida humana, no solo al comienzo de esta (aborto=debate perdido) sino también al final  de esta (eutanasia….¿?).

No voy a entrar en el tema moral de la eutanasia, no es el momento ni el lugar. Pero sí que me parece muy adecuada esta película en medio de nuestra civilización occidental europea que ha perdido el norte y el valor sagrado de la vida humana,  en la que parece que las personas mayores estorban y solo valen si son productivas, si sirven para algo, por ejemplo para cuidar a los nietos o sostener económicamente a los hijos con sus pensiones. Cuando ya nos sirven, los recluimos en una residencia para que no molesten y poder seguir haciendo nuestra vida. Y eso en el mejor de los casos. En algunos países donde la eutanasia está aprobada, los ancianos que pueden (que tienen recursos) huyen de sus propios hijos a otros países, por que quieren acabar con ellos.

Esta película nos muestra unos mayores llenos de energía, de ilusión, de ganas de vivir. Por que al final la edad no lo dan los años, cada uno tiene la edad de su corazón. Me encantan esas imágenes en el parque, donde están los protagonistas compartiendo sus sueños y sus proyectos, mientras otros mayores están jugando a la petanca. Tu decides como hacerte mayor. De la misma manera puedes ser joven y estar aviejado, sin sueños, sin ganas de vivir (como el hijo de uno de los protagonistas).

Las tres historias son preciosas, llenas de realismo. Creo que la gente mayor puede verse muy bien reflejada. Me encanta la historia de amor entre los viudos, tan limpia, sin caer en los tópicos contemporáneos. Esa historia en manos de otro director hubiera sido otra cosa totalmente distinta. Por eso, aunque la película no sea explícitamente católica, muestra un modo de ver la vida muy hermoso, bajo el prisma del humanismo cristiano. No todo es perfecto en las vidas de los protagonistas, pero todos podemos equivocarnos, reconocer nuestros errores y volver a empezar. Creo que es uno de los grandes mensajes de la película: nunca es tarde para volver a empezar.

Los abuelos no solo son los que cuidan a los nietos, lo cual ya me parece una labor social importantísima. Ellos son los que aportan su experiencia de vida, y por eso su voz es tan importante. Su presencia en las familias es esencial e insustituible. Los niños, los jóvenes necesitan crecer con sus abuelos, también cuando estén enfermos e inútiles.

Me encantan estos abuelos que no están constantemente mirando para atrás, viviendo del pasado, o quejándose constantemente del presente (de sus achaques, enfermedades, soledades…). No se acobardan en medio de un mundo en el que podrían no encajar, el mundo de la imagen y de las nuevas tecnologías y se ponen manos a la obra para no quedarse atrás. Son mayores, pero no viejos. Que gran lección para nuestros mayores.

Por todo esto creo que es una película para toda la familia. A los más peques quizás se les haga un poco difícil y quizás también a los adolescentes. Pero precisamente por todos estos temas tan interesantes que trata creo que es bueno que la vean y que luego en casa se hable de todo esto.

Es de esas pelis que hay que ir al cine a ver. Hay que apoyarla. No solo hay que ir a ver el cine explícitamente católico, también hay que ir a ver estas buenas películas que aportan tantos valores tan necesarios para todo el mundo, no solo espectadores católicos. Y hay que ir al cine y pagar la entrada para que se vea más, para que recaude y se puedan seguir haciendo más películas buenas así. Que gran alegría es constatar que en España se pude hacer y ver buen cine. Hay motivos para la esperanza.

Trailer